sábado, 27 de julio de 2013

YA ESTAMOS EN VERANO


YA ESTAMOS EN VERANO

 

Aunque el calor nos viene apretando desde hace un tiempo, el Verano ya está aquí tal y como es típico en un clima continental como el nuestro.

Estamos perdiendo agua por sudoración y transpiración en mayor cantidad que el resto del año, y con ella sales que debemos recuperar con algunas correcciones de la dieta. Los líquidos, básicamente agua, zumos, infusiones frías y derivados de verduras (gazpacho, ajo blanco, salmorejo), nos aportarán ese extra de agua que perdemos y, en el caso de los platos con cierta preparación, los minerales.

Unas situaciones especiales, como siempre, son los extremos de la vida, niños y ancianos, en que por ciertas circunstancias o bien no se sabe pedir o bien se ha deteriorado el centro regulador de la sed y deberemos ofrecerles con constancia, casi pesadez, líquidos. Los bebes, ancianos muy deteriorados y enfermos graves, se pueden deshidratar en pocas horas de exposición a altas temperaturas, como puede ser el estar en el interior de un automóvil o al sol sin protección ni aire acondicionado. Ir siempre con gran cantidad de agua en el coche, de paseo, a la playa o a la piscina es un requisito obligatorio si se está con ancianos o niños. Para hacerlo más apetecible se puede combinar con zumos o fruta fresca y jugosa para adultos y niños o té frio para adultos.

 

La exposición a los rayos solares no solo es mayor por el número de horas de día sino también porque la radiación ultravioleta es mas fuerte y, por lo tanto, mas dañina. Si a esto le sumamos que o estamos en bañador o la ropa es más ligera y hace menos de filtro solar, las posibilidades de  quemarnos son mas altas. El aumentar la cantidad de vitamina A y carotenos en forma de zanahorias, melocotones, albaricoques, etc., así como de otros antioxidantes como la vitamina C del limón y el tomate, nos protegerá tanto de las quemaduras como de lesiones potencialmente dañinas en la piel.

Esto último es también útil para mejorar la función y el estado de los ojos, tanto para mantener una óptima secreción de lágrimas, como para mejorar la función retiniana.

A pesar de llevar una vida ajetreada todo el año, es en verano cuando, por cuestiones climáticas, de horarios y de relaciones sociales y familiares, nos movemos más, hacemos un ejercicio físico más continuado y fuerte, por lo que el coste proteico, además del energético, es mayor para mantener y potenciar el músculo. Si lo unimos a que es una época del año en que apetece poco meterse en la cocina durante horas a pasar calor, podemos deducir que alimentos como fiambres y embutidos combinados con verduras y hortalizas de temporada y con las ricas frutas que tenemos, nos aportan las proteínas necesarias para poder practicar una vida mas activa, conservando en perfecto estado nuestros sistemas metabólicos. Además, la conservación de estos alimentos es fácil y se pueden transportar con comodidad y seguridad.

Los frutos secos, en cantidades moderadas, son una riquísima fuente de sales, vitaminas como E, A, D y el grupo B y grasas poliinsaturadas. Si llevamos una bolsita a mano, con alguno de ellos, conseguiremos recuperar la sed (si no nos pasamos de cantidad) combinados con líquidos y combatir el hambre con comodidad. Con ellos mejoramos nuestro estado de hidratación, la protección de la piel, nuestra nutrición y bajamos el colesterol en sangre.