domingo, 30 de marzo de 2014

SEMANA SANTA , LA PUERTA DEL VERANO

SEMANA SANTA, LA PUERTA DEL VERANO



Por fin llegamos a unos días de descanso, ¿o son de agotamiento físico?.
Este año, por su cercanía al verano, la Semana Santa se puede convertir en el ensayo general de las vacaciones estivales. El clima, los viajes, la alimentación con productos de temporada y el ejercicio físico serán similares en ambas.
Si los días y el tiempo lo permiten, nos vamos a exponer a un sol que quema más que en invierno, durante más horas y tras varios meses de estar a cubierto sin ni siquiera salir a tomar el aire con frecuencia. Así la piel no estará curtida y se quemará y deshidratará con facilidad. Como métodos de protección, que no solo no son excluyentes sino que se complementan, tenemos lo que nos aporta la cosmética con cremas de protección solar e hidratantes, y todos aquellos alimentos que permiten tener una piel con mayor cantidad de pigmento (melanina), mejor hidratada y nutrida. Las frutas, verduras, lácteos, huevos, etc., ricos en vitaminas A, E, D y C, de entre los que destacan todas las frutas de temporada (melocotón, albaricoque,etc).
El ejercicio físico será mayor, intentando concentrar en cuatro días lo que no hemos hecho en tres meses. Por esto es preciso que el músculo y sus sistemas de renovación estén a punto y prestos para aguantar más esfuerzo del habitual, con menos reposo y mayor desgaste. Aquí son las proteínas de buena calidad las estrellas y de entre todas ellas, los derivados cárnicos, huevos y leche. En estos días, como nos apetecerá poco estar tiempo en la cocina y las amas de casa también tienen derecho al descanso, los fiambres y embutidos, con un derivado lácteo y las frutas y verduras de temporada, de fácil preparación, supondrán una solución magnífica para las comidas. 
Si en vez de ponernos nerviosos y pensar en los atascos de las carreteras, parques, ferias, zoológicos y playas, al menos un par o tres semanas antes de que empiecen estas cortas vacaciones comenzamos a caminar algo mas, a introducir en nuestra dieta un desayuno correcto y a comer algo más de alimentos de temporada, podremos tener unos días de descanso mental, aunque físicamente sean una competición atlética.
El adecuar nuestros hábitos de comida, sueño y ejercicio a un clima menos frío, en ocasiones caluroso, con alimentos diferentes, con muchas más horas de luz natural, con unas radiaciones solares elevadas y por lo tanto con más tiempo para salir y movernos, se puede iniciar en estas mini vacaciones.
Aunque dice el refrán “hasta el 40 de Mayo no te quites el sayo”, poco a poco, y en muchas zonas bruscamente, pasaremos del crudo y frío Invierno al tórrido Verano, por lo que un poco de entrenamiento no nos vendrá nada mal.
No solo la ropa habrá de cambiar, sino los tipos de platos que cocinemos y por ello el tipo de compra que hagamos habitualmente y los espacios de almacenamiento. Hasta los termostatos de los frigoríficos y congeladores se tendrán que modificar pues cada vez que abramos las puertas, y lo hacemos más en el buen tiempo, se pierde frio en el interior. La fruta y la verdura aguantan menos al aire libre o en la terraza o despensa, si la hay, y nos obligarán a guardarlas en la nevera, con el espacio correspondiente ocupado, o a comprarlas más a menudo, con el coste de tiempo de compra.
Empezando a pensar en todo esto y a poner en práctica mínimas variaciones, nos iremos adaptando progresivamente al futuro estival.